Dirección de personal en el sector de la distribución: el arte del mando para los puntos de venta
Dado el contexto generacional y social actual, en el que la relación hacia los demás y los comportamientos jerárquicos han cambiado muchísimo, el sector de la distribución tiene que readaptar su modelo de gestión de personal. En efecto, es frecuente constatar una pérdida de confianza de los empleados hacia los altos mandos, y la desmotivación de los equipos. Generalmente, esta situación genera un desinterés en la toma de responsabilidades y en la voluntad de dirigir.
Pérdida de los valores del trabajo, falta de confianza en la autoridad, renuncia de los directivos…, la ruptura en la cadena de mando de la tienda se agrava. Sin embargo, la batalla que concierne el «distribution management» no está perdida. Basándonos en nociones relativas al arte del mando, te proponemos considerar la mejor manera para que el mánager vuelva a tener toda la legitimidad para acompañar a sus colaboradores en el camino de la mejora colectiva.
Distribution Management: ¿Por qué todos renuncian?
Últimamente, el hecho de no decir las cosas claramente y con valentía a sus colaboradores es casi habitual para evitar la agitación dentro del equipo, por una parte, y la intervención de los interlocutores sociales por otra parte. A riesgo de esconder la cabeza en la arena, se les dejo creer a los jefes que era preferible mantener una actitud positiva con sus colaboradores, ¡en nombre de una cierta «bondad» a veces mal entendida! Es un error. Imaginamos fácilmente hasta qué punto dicho modo de comunicación entre líneas (o sin líneas) puede generar malentendidos y por lo tanto conflictos y desinterés por el trabajo en el sector de la distribución.
Además, la transformación del sector y la crisis sanitaria de estos últimos años no han facilitado las cosas. Para superar estos retos, se exigió a los colaboradores ser más polivalentes y flexibles, capacitándolos a toda prisa y muchas veces sin explicar el porqué de esta decisión. Eso se hizo bajo la dirección de mánagers que muchas veces han sido mal capacitados, e incluso no capacitados, y que fueron nombrados no específicamente por sus habilidades de mando. Además, a veces sus roles y responsabilidades no han sido aclarados. Entonces, podemos imaginar fácilmente cómo los errores en la dirección de personal y la pérdida de sentido resultante han tenido un impacto en el ejercicio de la autoridad.
Aunque parezca un poco desusada en este contexto, la expresión «el arte del mando» tiene mucho sentido en el marco del sector de la distribución. En efecto, se trata de transmitir mensajes tranquilizadores que acompañen el cambio y permitan obtener la aceptación de los equipos, además de reforzar la legitimidad del mánager. Son valores y habilidades que merecen volver a estar de moda y ser promovidas, ¡pero de modo adecuado!
¿Qué es un «jefe», según los principios del «arte del mando»?
Distribution Management: ¿qué cualidades son necesarias para dirigir equipos?
El mánager que sobresale en su oficio es alguien a quién los equipos toman como modelo. Es una persona reconocida y capacitada, que sabe hacer aplicar la estrategia de la enseña con rapidez y eficacia. De algún modo, representa la «correa de transmisión» que impulsa el cambio, reuniendo a los equipos alrededor de un proyecto común. Si bien la autoridad natural es una ventaja, no todos los mánagers tienen esta habilidad. Pocas capacitaciones se atreven a incluir «el arte del mando» de modo práctico.
La comparación con el ámbito militar puede hacer que este tema sea sensible para algunos actores y podemos temer el regreso de la jerga militar «¡Sí, jefe!».
¡Pero no es así!
La dirección del personal en el sector de la distribución es comparable a la de las fuerzas armadas, mucho más de lo que pensamos. En efecto, en ambos sectores puede haber muchas personas que dirigir. Además, hay obligaciones similares de capacidad de reacción y de inmediatez en la parte operacional. En ambos casos, el posicionamiento del mánager al principio de la cadena de mando y el ejercicio de su autoridad según las normas son fundamentales para el buen funcionamiento del grupo.
Pues los colaboradores piensan apoyarse en esta autoridad para dirigirlos, motivarlos, hacerles progresar, hacer que confíen (de nuevo) en sus jefes ¡pero también en ellos mismos! El responsable debe saber reconocer los éxitos y los fracasos de cada uno de los colaboradores, y también ser capaz de tomar decisiones justas para valorizarlos o sancionarlos para que progresen. Necesita tener cualidades para promover la autonomía y la responsabilización, aunque debe demostrar firmeza, bondad (la verdadera) y confianza en sí mismo, así como en sus capacidades para dirigir… lo que supone tener métodos y herramientas gerenciales para poder acompañar a sus equipos en su evolución profesional.
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Distribution management : el arte del mando como método virtuoso
El arte del mando se basa en el círculo virtuoso del saber hacer y del saber estar, cuyo objetivo es reforzar la autonomía y la responsabilización de los colaboradores en el ejercicio de su misión.
Para el mánager, teniendo en cuenta el ritmo, la personalidad, la competencia y los talentos de cada uno, se trata de:
- instruir, es decir transmitir el saber, el saber hacer y explicar el sentido, así como la importancia del rol de cada colaborador
- dirigir, es decir poner en práctica el saber hacer de cada uno según el espíritu de la misión
- controlar, es decir verificar la realización de lo que se ha pedido, felicitar en caso de éxito, hacer rectificar lo que está mal hecho y a veces sancionar cuando es necesario.
Instruyendo, dirigiendo a los colaboradores y controlando su trabajo, el mánager les permite dominar progresivamente su misión y reforzar la confianza en ellos mismos. Al ser promotor del cambio, el mánager adquiere legitimidad ante sus equipos, quienes aprobarán naturalmente las reglas y las harán suyas.
Así, al igual que los jefes militares se aseguran que sus novatos dominen el ejercicio que se les ha enseñado antes de enviarlos al frente, los (buenos) mánagers acompañan a los colaboradores en su proceso de aceptación y los ayudan a progresar hacia la autonomía para llevar a cabo su misión. Es así como nacen y se mantienen la motivación, el respeto mutuo y el orgullo.
Más allá de su saber hacer, el mánager ideal explota su saber estar a diario:
- Estar al servicio de sus colaboradores y de sus equipos:
– compartiendo totalmente la información
– escuchando,
– interesándose en cómo los mensajes han sido entendidos,
– siendo capaz de explicar tantas veces como sea necesario,
– siendo totalmente disponible durante el período necesario. - Dar el ejemplo, es decir dominar el saber hacer y saber evaluarlo, saber delegar y dar su confianza, estar presente sobre el terreno cuando es necesario para apoyar a sus equipos.
- Ser justo, asignando un volumen de trabajo equitativo a cada colaborador, mostrando la misma consideración para cada uno, y al mismo tiempo atreviéndose a decir lo que hay que mejorar o felicitando de manera colectiva e individual.
- Ser co-solidario de los éxitos y de los fracasos.
A fin de cuentas, el arte del mando concierne a todos los equipos, colaboradores, mánagers y directivos de la tienda… Por lo tanto, el saber hacer y el saber estar previamente mencionados refuerzan la cohesión de las tropas, y contribuyen al bien común de los individuos que trabajan en el punto de venta. Todos los colaboradores deben conocer las reglas de organización de su sección o de su tienda, teniendo en cuenta el respeto mutuo y la equidad. El hecho de que el mánager ejerza el arte del mando permite garantizar la unidad y por tanto la confianza que cada uno tendrá en sí mismo y en su entorno. A través de este acto, está al servicio de sus equipos para permitirles alcanzar el nivel de rendimiento deseado.
Distribution management : el arte del mando con la solución TimeSkipper
Como plateforma SaaS de gestión de la carga de trabajo de los equipos en el sector de la distribución, Timeskipper facilita la adquisición del saber hacer y saber estar gerenciales.
En efecto, la solución tiene en cuenta la realidad del terreno, las horas de trabajo planificadas, las especificidades de la tienda y los distintos oficios, así como las competencias de cada uno. Asigna automáticamente y de modo dinámico una carga de trabajo recalculada según los cambios en la actividad. Esta asignación de carga/recursos esta siempre optimizada para responder a la necesidad de rendimiento de la tienda, pero siempre con precisión y equidad.
Además, los mánagers se basan en cifras concretas y medidas para justificar sus decisiones, que por lo tanto están entendidas y legitimadas. Este recurso es irrefutable para garantizar la confianza.
Asimismo, las funciones de gestión automática permiten a cada uno visualizar sus propias tareas y las de los demás colaboradores. Este principio de transparencia le da sentido a la misión de los colaboradores y legitima su utilidad como individuo en el equipo y en la tienda: ¡estas son las bases del compromiso y de la participación!
Herramienta gerencial preferida, Timeskipper facilita la aceptación y el compromiso de los equipos. La solución también legitima al mánager como jefe de las tropas, alguien que demuestra respeto, equidad, transparencia, autonomía y progreso personal.
A fin de cuentas, se trata de promover la confianza, la participación individual y colectiva, así como el liderazgo del mánager, revivificando el ejercicio de la autoridad… ¡este es el tema central del arte del mando en la distribución según Timeskipper!
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